Reseñas: Aarón Del Real y Román Rangel / Edición: Ivette Yáñez Soria
El festival canadiense de documentales HotDocs es uno de los más renombrados a nivel mundial. Su programación es conocida por tener un fuerte componente de denuncia social, de tal manera que los trabajos documentales que ahí se presentan lidian con algunas de las cuestiones más conflictivas, complejas y apremiantes de hoy día.
Nuestro Director General (Aarón García del Real) y Director de Programación (Román Rangel) recientemente tuvieron la oportunidad de viajar a Toronto y disfrutar de la selección HotDocs 2018. En este post nos recomiendan seis documentales que, a pesar de abordar temáticas perturbadoras sobre tendencias del mundo actual, también resultaron ser irreverentes, emocionantes y -en ocasiones- divertidos. Aunque la risa suele terminar en sabor agridulce; todas son cintas provocadoras y de excelente calidad. Si puedes, no te las pierdas en cualquier plataforma o espacio de exhibición donde estén disponibles.
Dir. Bert Marcus
Este documental nos presenta las historias de celebridades instantáneas (“youtubers” o “influencers”) que utilizan herramientas como la monetización de videos en Youtube para ganar fama y dinero. Paris Hilton (heredera de una fortuna hotelera, estrella de un reality show, cantante fugaz, protagonista de un video porno viral y, en general, sensación de los tabloides en los años 2000s) es introducida como el prototipo creador. The American Meme captura los paradigmas del sueño americano de manera entretenida e inteligente.
Dir. Hao Wu
En la misma línea que el anterior, People’s Republic of Desire nos adentra al mundo de las jóvenes celebridades del streaming en China. Sus mecenas, quienes se han beneficiado del boom económico de las últimas décadas y con demasiado dinero para invertir, deciden regalarlo a estas celebridades digitales a cambio de atención. A partir de ello, el documental nos muestra el origen de toda una economía funcional y correspondiente con su contexto tecnológico y social. Al mismo tiempo, plantea preguntas adyacentes sobre carencias sociales y el lado oscuro de la fama en redes sociales.
Dir. Jessica Leski
De manera astutua, y con una excelente selección de protagonistas (fan), esta cinta narra la historia de las boybands que marcaron momentos específicos de nuestras vidas, desde Los Beatles hasta One Direction. La postura del documental es la de escuchar los testimonios de las fanáticas para entender qué es lo que hace a estas bandas únicas. Al mismo tiempo, los creadores se burlan de este fanatismo que está estrechamente relacionado con la edad y a cierta predilección por formas extremas de experimentar la vida.
“Es un relato conmovedor y divertido con el que cualquiera se puede identificar” — Aarón García del Real
“De lo más sorprendente que vi en HotDocs. Una metáfora para cualquier tipo de pasión inusual” — Román Rangel.
Dir. Louie Psihoyos
Éste es un documental bien realizado, amigable, dinámico y colmado de entrevistas con atletas y celebridades. Su agenda es evidente: romper el mito de que la carne es necesaria para la obtención de proteína, fuerza/rendimiento físico y salud óptima. Independientemente de su intención, los creadores no recurren a clichés; más bien utilizan argumentos empíricos (atletas famosos que siguen un régimen alimenticio basado en plantas), científicos y accesibles. Aún si no cambia tu perspectiva, The Game Changers generará mucha conversación sobre el polémico tema del veganismo (vélo ya en Netflix).
Dir. Daniel J. Clark
Existe una comunidad que, en pleno siglo XXI, cree que la tierra es plana. Con un formato irónico, los creadores de este documental hacen una crítica mordaz de sus miembros. A gran escala, también tratan de entender qué mueve a las personas a creer en cosas como“fake news” (noticias falsas) frente a hechos irrefutables, así como de señalar los peligros a los que esto conlleva.
Dirs. Moritz Riesewieck y Hans Bloc
The Cleaners, una película mucho más sórdida y provocativa que irrisoria, revela una esquina del internet que no solemos ver: la de los guardias (“gatekeepers”) del contenido en línea. Por un lado, éste es un trabajo remunerado como cualquier otro cuyo objetivo es censurar contenido violento o ilegal (terrorismo, tortura, pornografía infantil, violaciones, etc.). Por el otro, esto significa hay empleados dedicados -diariamente por ocho horas- a observar material audiovisual altamente perturbador y potencialmente dañino a largo plazo. Lo anterior nos plantea preguntas como:
¿Cuánto nos cuesta mantener “limpio” el internet? — Aarón García del Real — y ¿Qué tan aceptable es una censura que no es controlada por ciudadanos sino por instituciones? — Román Rangel.
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DOQUMENTA.
21 mayo 2018.