En el canto está su amor; el canto acaba con su dolor.
Es a través del sonido de su voz que Domitila ha encontrado su vocación: ser el puente espiritual entre los vivos y los muertos en San Miguel Pocitos, Puebla.
VII Domitilas (2019) es dirigida por Diego Ruiz, alumno de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, y forma parte de la selección DOQU Competencia Universitaria de Corto Documental. El joven director adentra al espectador a través de siete versículos en la reflexión interna, como si de un prisma se tratase, de la vida de Domitila Rodríguez Cruz.
El retrato de Domitila, cuyo significado etimológico hace referencia a una ‘mujer que ama su casa’ o ‘una bruja involuntaria’, se desenvuelve a través del timbre profundo con el que ella enaltece a Dios.
El documental narra a través de la voz de la protagonista, los sueños repetitivos que han concurrido en su vida; algunos de ellos se confunden con las secuelas de una fiebre. Estos anhelos en su mente, ella los describe como lindos sueños entre lumbre e imágenes religiosas.
“Tengo deseos de soñar y ver, así como veo las imágenes, a Dios en medio de las nubes. Este será el sueño el día que venga por nosotros”.
Domitilia sueña despierta. Son esas imágenes que narra desde lo más profundo de su mente donde el espectador vislumbra las circunstancias que la protagonista ha atravesado — como la pérdida de un hijo, la violencia de género a manos de su pareja y el dolor de no haber conocido a su madre biológica — . Son estas vivencias las que hacen de la protagonista un personaje real y crudo al frente de la cámara.
Aquellas personas que se han ido, Domitilia les ve en sueños. Los recibe y los abraza. En su voz se escucha: “en la noche quiero que haya luz para no tener miedo, que el obscuro ya no quiero”. En su canto alza la promesa de encaminar.
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Mar Marín.
22 agosto 2020.