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representaciones
Historias de dolor, lucha y resistencia conmovieron al público de DOQUMENTA
Natalia Gutiérrez, en colaboración con el Centro Universitario de Periodismo de Investigación (CUPI)
En el marco de la duodécima edición del Festival Internacional de Cine y Narrativas de no Ficción DOQUMENTA, fue presentado “Después de las armas”, documental del director Héctor Laso Machuca. Este largometraje, que fue proyectado en la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Querétaro, retrata la experiencia de Elisa, Benito, Mario, Luis Miguel y Felicia dentro del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y su participación en el levantamiento armado del 1 de enero de 1994.
En él se explican las causas por las que se unieron al Movimiento: en sus comunidades no había carreteras, no tenían acceso a electricidad, ni al agua; tampoco a hospitales y medicamentos y no había suficientes escuelas. Los hijos e hijas se quedaban huérfanos y tenían que encargarse de sus familias, que ya vivían en la pobreza y en el olvido.
A ellos los unió la misma causa, las mismas condiciones de vida los orillaron a unirse al EZLN y seguir un camino de lucha.
Las condiciones de vida ya dentro del Ejército fueron difíciles, sin embargo, para ellos valió la pena. Aprendieron el respeto entre el hombre y la mujer, a verse como iguales; el mayor Mario afirmó “si quieres que haya paz, primero se empieza con la igualdad”.
Para la teniente Felicia tomar las armas y luchar, apuntar y disparar el arma significó que como indígena pudo dar un paso más.
Ellos narran sus motivaciones, sus experiencias y sus heridas, y con ello dan cuenta que el levantamiento valió la pena. Eran hombres y mujeres que querían un cambio y, aunque el Estado mexicano no cambió, ellos lo hicieron, aprendieron y se unieron.
En el conversatorio, Antonio Flores González, maestro en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ, declaró que este era un trabajo de memoria necesario. Que este documental no es una historia sobre el EZLN, sino sobre los zapatistas, que aún viven en la marginalidad de México, entre el racismo de Chiapas. Apuntó que es destacable el pensamiento indígena y la teología de la liberación que moldeó los principios de lucha del EZLN.
Carlos Antonio Gordillo resaltó los testimonios vivos de estas cinco personas. Habló de la importancia del EZLN para inspirar las luchas que le siguieron al levantamiento de 1994: en la Huelga de 1999 de la UNAM se cantaban canciones zapatistas, se tomaron los ideales zapatistas.
El director, Héctor Laso, explicó que estas historias han estado guardadas por 30 años, ya que, en aquella época, y en los tiempos que siguieron, los que hablaban eran los líderes del movimiento debido a su composición militar. Lejos de juzgar esta dinámica, el director señaló que es momento de sentir a estas personas y honrar sus relatos; que, al comprender las motivaciones individuales, se comprenderá el movimiento colectivo. Estas son historias que no fueron contadas, ellos nunca habían visto el discurso del presidente Salinas o cómo los retrataban los noticieros y la televisión. Nunca vieron a sus muertos, ni el resultado de los combates.
Respecto a esto, el maestro Antonio Flores comentó la importancia de la revolución violenta, de cuál fue su razón para levantarse en armas y declarar la guerra; es cierto que llevaron a cabo acciones violentas, sin embargo hay que escucharlos, saber su profundidad y entender que esas acciones fueron una respuesta a toda la violencia que estos pueblos ya venían viviendo.
Mencionó que en la actualidad la libertad por la que lucharon se ve limitada por la creciente violencia en el estado de Chiapas, que los Caracoles ya no existen, que ahora el Ejército Zapatista se ha reagrupado de una manera distinta, que siguen ahí, pero de otras maneras; y destacó que en sus últimos comunicados el EZLN ha llamado a convivir en la no-propiedad, en la que todos son bienvenidos.
#MundosQueNosConMueven